Hay realidades que se imponen. Aurora nunca confió en si mismo y ellos fueron los que trabajaron su propia derrota. Alianza Porvenir Unicachi hizo lo necesario, sin complicarse, con mayor experiencia y con inteligencia le dio un certero golpe al tigre que ha quedado agonizante en la Copa Perú, con este resultado de 4-0 en contra.
Empezaba el partido, los aurinegros tomaban posesión del esférico, se iban para adelante, abrían el campo, pero los remates de Henry Martin Meléndez, Juan Sebastián Oviedo, Junior Arias, fueron mansos y fácilmente controlados por el guardameta Ángel Venegas.
La más clara la había generado Eduardo Torres, con un disparo desde casi media cancha del lado izquierdo, la misma casi sorprende, pero el horizontal lo negaba. Se les notaba presionados, y faltos de experiencia, no podían asumir el compromiso. Unicachi no había generado ni una sola llegada, hasta esos primeros 30’ de juego, y poco hacia pensar que el partido iba a terminar con una vergüenza.
Se insistía en algo que nunca funcionó: los centros para los diminutos delanteros Arias y Meléndez; jugadores que por esa desventaja en el biotipo -como en el resto de las líneas- sucumbían en el intento ante la buena defensa del rival.
El primer contragolpe, fue letal, tras la desatención defensiva y la mala marca de Steve Rueda que es aprovechado por Cesar Zambrano que con todo a disposición cambia de banda y remata dentro del área Brian Belline (40’pt) y se abría la cuenta.
Requena estaba absorto, como entrenador, buscó respuestas -apresuradas- para el segundo tiempo y nunca las encontró. Primero hizo ingresar a Jimmy Bustos por el Saulo Arenas, había quitado marca en el medio campo y facilitaba el trabajo del antagonista, Oviedo no se daba basto. Luego sacó a los desapercibidos Arias y Meléndez por Mauricio Márquez y Javier Luque respectivamente.
El representativo de Yunguyo (Puno), crecía en su juego y demostraba calidad. Estaba manifestando sus condiciones y su experiencia –eso pesó en el match-. Venegas tranquilo cuidaba su portería. Zevallos con Noriega daban solidez defensiva, Bolívar en medio campo, la creatividad la hacia Zambrano, que las profundizaba con Belline, Ramos y Sánchez.
La segunda anotación, fue obra de Cesar Zambrano (19’st) en otro contragolpe con solo tres pases. Con eso Aurora estaba peor. Se sumaba al mal momento la expulsión de Jimmy Bustos por un codazo que llevaba impotencia. Ya era imposible el descuento. Unicachi dominaba, generaba, fallaba y también ampliaba la cuenta con Carlos Ramos en dos oportunidades (30’st y 43’st).
Por Marco Antonio Gutiérrez
Empezaba el partido, los aurinegros tomaban posesión del esférico, se iban para adelante, abrían el campo, pero los remates de Henry Martin Meléndez, Juan Sebastián Oviedo, Junior Arias, fueron mansos y fácilmente controlados por el guardameta Ángel Venegas.
La más clara la había generado Eduardo Torres, con un disparo desde casi media cancha del lado izquierdo, la misma casi sorprende, pero el horizontal lo negaba. Se les notaba presionados, y faltos de experiencia, no podían asumir el compromiso. Unicachi no había generado ni una sola llegada, hasta esos primeros 30’ de juego, y poco hacia pensar que el partido iba a terminar con una vergüenza.
Se insistía en algo que nunca funcionó: los centros para los diminutos delanteros Arias y Meléndez; jugadores que por esa desventaja en el biotipo -como en el resto de las líneas- sucumbían en el intento ante la buena defensa del rival.
El primer contragolpe, fue letal, tras la desatención defensiva y la mala marca de Steve Rueda que es aprovechado por Cesar Zambrano que con todo a disposición cambia de banda y remata dentro del área Brian Belline (40’pt) y se abría la cuenta.
Requena estaba absorto, como entrenador, buscó respuestas -apresuradas- para el segundo tiempo y nunca las encontró. Primero hizo ingresar a Jimmy Bustos por el Saulo Arenas, había quitado marca en el medio campo y facilitaba el trabajo del antagonista, Oviedo no se daba basto. Luego sacó a los desapercibidos Arias y Meléndez por Mauricio Márquez y Javier Luque respectivamente.
El representativo de Yunguyo (Puno), crecía en su juego y demostraba calidad. Estaba manifestando sus condiciones y su experiencia –eso pesó en el match-. Venegas tranquilo cuidaba su portería. Zevallos con Noriega daban solidez defensiva, Bolívar en medio campo, la creatividad la hacia Zambrano, que las profundizaba con Belline, Ramos y Sánchez.
La segunda anotación, fue obra de Cesar Zambrano (19’st) en otro contragolpe con solo tres pases. Con eso Aurora estaba peor. Se sumaba al mal momento la expulsión de Jimmy Bustos por un codazo que llevaba impotencia. Ya era imposible el descuento. Unicachi dominaba, generaba, fallaba y también ampliaba la cuenta con Carlos Ramos en dos oportunidades (30’st y 43’st).
Por Marco Antonio Gutiérrez
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