miércoles, 20 de abril de 2011

Tenemos fixture pero...

Como para no perder la costumbre y mantener una nueva tradición que al parecer va cobrando fuerza año tras año la fecha de inicio del torneo de ascenso fue postergado hasta nuevo aviso, aunque se especula que el mismo estaría comenzando recién los primeros días del mes de mayo y ello dependerá de la próxima reunión de delegados, a celebrarse el próximo lunes 25.

El año pasado el torneo fue suspendido a pocos días de su inicio tras el retiro del IDUNSA de Arequipa y Sport Águila debido a problemas económicos y a que estos clubes no estaban en capacidad de hacer frente a las deudas con la Agremiación. Y este año el retraso en el arranque del certamen obedece a que son varios los clubes que hasta el momento no han negociado las deudas que mantienen pendientes con la SAFAP.

Sin lugar a dudas esta situación es un fiel reflejo de que varios de los dirigentes de los clubes participantes no le están dando la importancia que se merece al torneo al dejar para el último minuto, no sólo lo que a deudas se refiere, sino también la realización de sus trabajos de pretemporada. Es inaceptable que existan "instituciones" que celebren la postergación del arranque del campeonato, ya que les permite ganar tiempo para conformar sus plantillas y organizar su plan de trabajo para la presente temporada. Esto es alto que tendrían que haber preparado días después de la finalización de la temporada 2010 o en el peor de los casos en los primeros días del mes de enero.

La Segunda División es una categoría que otorga un cupo directo a primera, no un campeonato de barrio y esto es algo que algunos directivos de ciertos clubes parecen no entender. Si no están en capacidad de dirigir los destinos de un equipo que aspira llegar a primera y que participa en una categoría semi profesional pues lo más saludable es dar un paso al costado. Este tipo de situaciones son las que precisamente perjudican la imagen del torneo de ascenso, más aún cuando se informa de manera errónea que la paralización es culpa de los propios de los directivos de la ADFP-SD. Tal vez así sea, por cuanto ellos se convierten en cómplices de la informalidad que impera en el torneo al permitir este tipo de retrasos por culpa de la irresponsabilidad de algunos. Pero también está el dilema de tener que realizar un campeonato con 5 0 6 equipos que verdaderamente se encuentran en condiciones de participar y que puedan mantener una solidez deportiva, económica e institucional en caso logren llegar a primera.

La Segunda División es un torneo nacional que debe servir como un filtro natural para separar a los clubes profesionales de los clubes amateurs. Es tiempo de que la categoría cumpla esta función de una vez por todas y que los equipos que no pueden hacer frente a un campeonato de este tipo regresen de una vez por todas a su liga de origen. No dejemos que la Segunda muera.

Por Giancarlo Córdova

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