Malas costumbres

Foto: Diario Los Andes

Para nadie es un secreto que la mayoría de equipos que participan en Segunda División tienen deudas pendientes con sus sus jugadores y cuerpo técnico, algunos de ellos incluso les deben a sus hasta 5 meses en salarios atrasados. Pese a ello, los clubes siguen presentando planillas de pago en las que se acredita que sus respectivos planteles están al día cuando la realidad es otra.

Como se sabe, uno de los requisitos para firmar el convenio antes de cada partido es presentar las planillas firmadas por los futbolistas para así corroborar que se encuentran al día en sus pagos. Pero ya es una práctica común que los jugadores firmen dichas planillas a pesar de que no les han pagado, bajo el pretexto de que es una forma de ayudar al club o que es para no perjudicar a la institución; aceptando la palabra de los dirigentes de que en futuro no muy lejano se les cancelará lo que se les adeuda, pero eso es algo que muchas veces no ocurre.

Existen equipos como U América FC que le debe más de 4 meses a sus jugadores e incluso no han cancelado la deuda con el comando técnico anterior y sus encuentros continúan siendo programados. Otro caso similar ocurre con el plantel de la Universidad San Marcos, en donde el propio Henry Colán al final del partido con Atlético Minero el último sábado, confirmó que les deben 5 meses en salarios atrasados... Y así se suceden varios casos de clubes que simplemente no están al día, pero esto a la Agremiación parece no importarle, ni mucho menos a la ADFP-SD que está al tanto de esta práctica y no dice nada al respecto, o al menos no muestra señales evidentes para apoyar a los equipos participantes en este aspecto.

Si se aplicara el reglamento al pie de la letra, es probable que ninguno de los encuentros sería programado semana a semana, eso se entiende. Pero los jugadores tampoco pueden permitir que se atropellen sus derechos más básicos como trabajadores, en especial porque muchos dirigentes se valen de este ardid para luego desconocer las deudas atrasadas. Los propios clubes se están haciendo un daño tremendo al hacer de esta mala costumbre una constante año tras año, debido a que las deudas se van acumulando y eventualmente deberán responder por las mismas... quieran o no.

Sería importante revisar este tema para evitar que los equipos en Segunda continúen siendo instituciones insolventes, que no poseen la capacidad económica para afrontar una temporada en el Torneo de Ascenso y ello incluye tener que armar un plantel a punta de promesas de pago que finalmente no podrán ser honradas. Lamentablemente, esto ya parte de nuestra realidad futbolera, en donde la viveza dirigencial y la criollada están a la orden del día.

Por Giancarlo Córdova - Twitter: @giancarlogcv