La "desgracia" de jugar en Segunda

Para muchos equipos jugar en Segunda División resulta cada vez menos rentable. Más allá del hecho de que el campeonato les permita formalizarse y crecer como institución, la falta de incentivos para los clubes participantes y los gastos de transporte terminan por desanimar a más de uno.

Para nadie es un secreto que la Segunda División Peruana es un campeonato de ascenso que se ha vuelto extremadamente caro y poco rentable para muchos equipos. Muchas veces el costo - beneficio no justifica la inversión que se debe realizar desde la pretemporada, lo que ocasiona que un club a duras penas llegue al final del certamen y finalmente termine por desaparecer en medio de un verdadero mar de deudas.

Ese fue el caso de clubes como San Simón de Moquegua y Sport Áncash que llegaron "heridos de muerte" a Segunda y a duras penas pudieron subsistir. El propio vice presidente y candidato a la presidencia de la ADFP-SD, Tomás Acha, ha dicho en varias ocasiones que al Torneo de Ascenso bajan equipos que llegan casi moribundos desde Primera (como Sport Boys). Esto es muy cierto, pero solo en parte ya que por sus limitaciones y por la falta de apoyo de la FPF, la Segunda no brinda incentivo alguno a los clubes participantes como para salir a flote.

Equipos como Alfonso Ugarte o Sportivo Huracán tuvieron experiencias traumáticas en Segunda División y que los dejaron al borde de la desaparición debido a los gastos "adicionales" en los que debieron incurrir para jugar en un campeonato que a final de cuentas nunca les fue rentable. En el colmo de lo absurdo el cuadro ugartino estuvo en la obligación de costear los pasajes de los equipos que lo visitaron durante el campeonato, un hecho por demás inaudito y que demanda casi el doble de inversión para un equipo que se vio obligado a regresar a Copa Perú.

Hoy en día jugar en Segunda División no es rentable. Simplemente no es negocio y las taquillas que puedan sacar los equipos no alcanzan para cubrir los gastos. Si no es a través del mecenazgo o la inversión desinteresada de algunas empresas los equipos no tienen como mantenerse en la categoría. Ojo que el panorama no es mejor en Copa Perú, la única diferencia es que en el fútbol macho puedes meter cabeza a diestra y siniestra sin que la Agremiación intervenga.

Sin lugar a dudas el hecho de que la Segunda División sea el patito feo del fútbol peruano en los ojos de la FPF y el hecho de no tener ni voz ni voto en el directorio de la Federación es una de las causas por las que las cosas están como están. Muchos se preguntarán ¿y por qué la FPF no le da el tiro de gracia a la Segunda? Simple y sencillamente porque según estatutos FIFA sus asociados están la obligación de tener una Segunda División (sin importar el nombre), en nuestro caso sea descentralizada o no.

Así las cosas la solución inmediata no pasa por regionalizar la Segunda como muchos sugieren. El primer paso es lograr un acercamiento con la FPF y entender a ciencia cierta que es lo que pretenden hacer con la Segunda División a corto plazo y de acuerdo a ello elaborar un plan de trabajo, independientemente de si sigue siendo un campeonato descentralizado o si se convierte en una especie de Liga Superior de Lima y Callao como algunos especulan.

Mucho de lo que ocurra dependerá del nuevo presidente de la ADFP-SD, claro está y que salvo algún imprevisto sería Tomás Acha. Será pues deber de la nueva directiva de la Segunda División encontrar el camino para que el campeonato sea rentable para los clubes participantes y que estos tengan quizás no incentivos económicos, pero si beneficios en cuanto a lo que se refiere al desplazamiento, hospedaje, alimentación, medicamentos, hidratantes y otros elementos indispensables que les permitan aminorar los costos. La idea es sentar las bases para que la Segunda sea ese filtro entre los equipos amateurs y los clubes profesionales que aspiran a seguir creciendo y no ser simplemente equipuchos que desaperecerán dentro de un par de años.

Por Giancarlo Córdova - Twitter: @giancarlogcv