Dos hijos de Pomalca en una tarde inmortal

𝐻𝑎𝑦 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑗𝑢𝑒𝑔𝑎𝑛 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑝𝑖𝑒𝑠… 𝑦 𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛. 𝑃𝑜𝑚𝑎𝑙𝑐𝑎 𝑗𝑢𝑔𝑜́ 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝐿𝑖𝑔𝑎 2. En el 9 de Octubre, 𝗣𝗶𝗿𝗮𝘁𝗮 𝗙𝗖 desató la tormenta y remontó con furia para golear 𝟰-𝟭 a Llacuabamba. Pero más allá del marcador, esta tarde quedará marcada por el fuego del orgullo pomalqueño.

𝗙𝗮𝗯𝗶𝗮́𝗻 𝗟𝗮𝗿𝗿𝗲𝗮, el joven arquero nacido entre cañaverales y sueños, salio como titular. Noventa minutos bajo el arco, con firmeza, reflejos y alma. Cada balón, cada salto, cada grito… era un grito de todo un pueblo.

Y cuando el pitazo final sonó, 𝗰𝗼𝗿𝗿𝗶𝗼́ 𝗱𝗶𝗿𝗲𝗰𝘁𝗼 𝗮 𝗹𝗼𝘀 𝗯𝗿𝗮𝘇𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝘀𝘂 𝗽𝗮𝗱𝗿𝗲, 𝗞𝗶𝗸𝗲 𝗟𝗮𝗿𝗿𝗲𝗮. Allí, en ese abrazo y en esas lágrimas, se rompieron los muros de la emoción. 𝐸𝑙 ℎ𝑖𝑗𝑜 𝑎𝑏𝑟𝑎𝑧𝑜́ 𝑎𝑙 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒. 𝐸𝑙 𝑠𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝑎𝑏𝑟𝑎𝑧𝑜́ 𝑙𝑎 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑. 𝑌 𝑃𝑜𝑚𝑎𝑙𝑐𝑎 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑟𝑎 𝑠𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑟𝑒𝑚𝑒𝑐𝑖𝑜́.

¡El “Gato” dejó de ser promesa y se convirtió en historia! Pero la historia no termina ahí…

𝗙𝗿𝗮𝗻𝗸𝗹𝗶𝗻 𝗔𝘀𝘁𝗼𝗻𝗶𝘁𝗮𝘀, nuestro “Tanque”, también estuvo ahí. Listo. Calentando. 𝗖𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝗰𝗮𝗿𝗻𝗲𝘁 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗺𝗮𝗻𝗼, 𝗲𝘀𝗽𝗲𝗿𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗹 𝗯𝗮𝗹𝗼́𝗻 𝘀𝗮𝗹𝗴𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮𝗿. Pero justo llegó el segundo gol y el técnico cambió de plan. Lo devolvió a la banca.

𝑇𝑎𝑛 𝑐𝑒𝑟𝑐𝑎, 𝑇𝑎𝑛𝑞𝑢𝑒. 𝑇𝑎𝑛 𝑐𝑒𝑟𝑐𝑎… 𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑞𝑢𝑖𝑙𝑜, 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑢 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑠𝑒 𝑎𝑐𝑒𝑟𝑐𝑎. 𝑌 𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑢𝑒, 𝑃𝑜𝑚𝑎𝑙𝑐𝑎 𝑣𝑜𝑙𝑣𝑒𝑟𝑎́ 𝑎 𝑟𝑢𝑔𝑖𝑟 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑔𝑜. Goleada, sí. Pero para nosotros, esto fue más que fútbol. Fue un mensaje claro:

¡𝗣𝗼𝗺𝗮𝗹𝗰𝗮 𝗻𝗼 𝘀𝗼𝗹𝗼 𝘀𝘂𝗲𝗻̃𝗮, 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲́𝗻 𝗷𝘂𝗲𝗴𝗮, 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲́𝗻 𝗹𝘂𝗰𝗵𝗮, 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲́𝗻 𝘁𝗿𝗮𝘀𝗰𝗶𝗲𝗻𝗱𝗲!

𝗧𝗿𝗶𝗯𝘂𝗻𝗮 𝗣𝗼𝗺𝗮𝗹𝗾𝘂𝗲𝗻̃𝗮