Foto: Prensa Club Atlético Minero
“Todo se sabe y se paga en esta vida. Por culpa de unos imbéciles que se 'vendido' hoy, la imagen
del club se está viendo perjudicada. A nombre de la dirigencia de Atlético Minero, le pedimos mil
disculpas a los hinchas por esta derrota. Asimismo, nos comprometemos a separar a aquellos
jugadores que han dejado de lado su profesionalismo por unos cuantos soles; esa gente que le
hace daño al fútbol y que no merece volver a jugar. También le pedimos a la gente por favor que
no pongan a todos en el mismo saco. Sabemos que hay gente honesta y digna en el club que no se
prestaría para cosas como esas”.
Estas eran las líneas de un comunicado del club Atlético Minero en su página oficial de
Facebook, que fue eliminado horas más tarde sin ninguna explicación. Lo que pretendo en
estas líneas no es saber por qué eliminaron el comunicado, razones seguro hay para todos
los gustos, tampoco pretendo hacer un análisis minucioso sobre este caso, que es un hecho
deleznable por donde se le mire. Lo que pretendo es escribir sobre algo más de fondo, más
estructural; sobre la clientela, “favoritismos” y corrupción en las diferentes divisiones del
fútbol peruano que llega a involucrar a las más altas esferas de poder de la FPF.
El club Caimanes de Puerto Etén tiene alrededor de 55 años de creación, ha sido un equipo
que a lo largo de su historia a demostrado irregularidad en las ligas de su departamento, con
una historia intrascendente hasta el 2010, donde Caimanes toma protagonismo en la Copa
Perú y desde ese año se ha tomado bastante en serio el hecho de ascender a la Primera
División, hecho que no ha generado el compromiso de la hinchada, a excepción de un pequeño
grupo que es una nimiedad para lo que debería ser una hinchada que pretende tener
protagonismo en el fútbol peruano, todo lo contrario pasa con el Ugarte y Torino, las
respectivas hinchadas de estos equipos son loables y la de este último es más admirable aún,
puesto que sigue al equipo a muchas partes. Estos tres equipos – Caimanes, Torino y Ugarte-
pugnan por ascender a primera división. Nadie duda del proyecto serio que se ha trazado
Caimanes y Ugarte y del protagonismo de Torino que a estructurado una campaña en el
camino y la a hecho seria, sobre todo por su hinchada – Torino tiene una directiva transitoria-
y el compromiso de dirigentes y comités de apoyo en Talara y Lima.
Si habláramos de
merecimientos para ascender por hinchada o historia, seguro que Caimanes sería uno de los
últimos candidatos y en cambio Ugarte y Torino tendrían la primera opción, pero de eso no se
trata, acá se trata de proyectos serios y con un sostén económico fuerte, obviamente lo ideal
sería combinar dinero con proyectos serios para equipos históricos y con arraigo popular
pero eso no sucede. No hay duda que Caimanes tiene un sostén económico ostensible, pero lo
preocupante es que este equipo, que más posibilidades tiene de ascender, es decir Caimanes,
apela una vez más, como muchos otros equipos, a conseguir el ascenso con argucias mañosas
que no contribuyen en nada a sacar al fútbol peruano de la crisis en la que se encuentra, todo
lo contrario, estos actos solo generan la agudización de la crisis. Caimanes puede repetir la
historia de muchos equipos que llegaron a primera división y que no combinaron soporte
económico con identificación y arraigo popular con el equipo sino que combinaron soporte
económico con argucias para ascender a toda costa y ¿cuáles fueron los resultados? La
respuesta es que Caimanes probablemente repita el caso de Total Clean, Estudiantes de
Medicina, Cobresol, del inefable IMI de Talara, Atletico Universidad de Arequipa,
Coopsol, etc. Estos equipos y otros apelaron a incentivar rivales y seguro a amañar partidos-
no hay que ser ingenuos- para ascender a toda costa, recordemos las “extrañas” remontadas
del IMI de Talara, equipo que era goleado en sus visitas pero de local ganaba con goleadas de
escándalo y arbitrajes duramente cuestionados y que consiguió el ascenso de manera
sospechosa y escandalosa para luego desaparecer unos años más tarde. Y lo lamentable y
criticable es que Caimanes apela a hechos que le costaron el ascenso de manera limpia, en la
Copa Perú del 2011, donde fue eliminado por Pacífico FC en las Semifinales luego de empatar
1-1 en Matucana y perder de local en Chiclayo por 0-1 con arbitraje polémico, el gol de
Pacifico FC fue validado en evidente offside.
No quiero decir con esto que Caimanes sea líder por estas argucias, Caimanes es líder sobre
todo por las irresponsabilidades futbolísticas de sus más cercanos seguidores y por la buena
propuesta de juego que ha demostrado a lo largo del torneo pero sería lamentable que en la
etapa final del torneo apele a estos argumentos para ascender y que a este ascenso le siga
una campaña modesta y luego el descenso y el olvido como los casos ya mencionados. La
corrupción y la podredumbre de las esferas de poder en el fútbol peruano claro que permiten
estos hechos no solo a Caimanes sino a equipos de primera división y sobre todo a los equipos
de la ya impresentable Copa Perú, donde los partidos se arreglan de manera escandalosa,
incluso hasta la etapa final.
Tras la eliminación en las clasificatorias para el mundial 2014 el fútbol peruano está llamado
a reestructurarse, a expectorar del poder a la camarilla corrupta y clientelar que está asentada
allí hace más de dos décadas y que han sumido al fútbol peruano en la más grave crisis de
su historia. El fútbol peruano claro que necesita equipos serios pero no solo de billetera sino
también de hinchada, de compromiso de su gente, de su pueblo, que exista una pasión tras
ese equipo que lo sostenga en los momentos más difíciles y no permite su desaparición, claro
ejemplo es el Torino del 2009 y el Boys de este año y hay que ser sinceros, estos últimos
requisitos Caimanes no los cumple, Ugarte y Torino deberían tener la primera opción pero
si Caimanes asciende debería ser por su buen juego, en buena lid, por derrotar a rivales sin
arreglo de partidos, sin comprar jugadores ni árbitros. Yo espero que Boys y San Alejandro
no caigan en este juego, y que si pierden lo hagan en buena ley y no de rodillas y si ganan
que sea una satisfacción enorme para ellos haber derrotado a uno de los mejores equipos del
campeonato. El campeonato ha estado tan competitivo hasta esta fecha que sería una tristeza
que se manche por un caso más de corrupción y clientelaje en el fútbol peruano, hagamos,
como diría Maradona, que la pelota no se manche, hagamos que esto no vuelva a pasar,
levantemos nuestra voz de protesta y que campeone el mejor en la cancha y no fuera de ella.
Por Edson Villantoy - Twitter: @edsonvillantoy