¿Puede un club profesional, en todo el sentido de la palabra, trabajar durante dos meses y medio y no contar con ropa de entrenamiento, no contar con las mínimas condiciones de trabajo(además de la ropa, transportes para utilería, agua, hielo e hidratantes)?. Por supuesto que no puede, pero esto es lo que está sucediendo en José Gálvez desde que empezaron los trabajos, en la primera semana de febrero. Sin contar con los problemas existentes para ubicar los lugares de entrenamiento que es una pesadilla diaria.
En el entrenamiento realizado, la semana pasada, en el complejo deportivo de La Florida nuestro reportero fue testigo de un hecho inimaginable para un técnico como Julio Zamora, que ha dirigido en primera división, no solo aquí sino en otros lugares. Zamora tuvo que meter la mano a su bolsillo para entregarle 20 soles al utilero y que este vaya a la tienda más cercana para comprar agua pues ese elemento es necesario e indispensable en las prácticas.
Lógicamente no estaba ningún dirigente(es una costumbre), no estaban los ahora empleados del club Norman Luna y Rudy de la Torre(ellos fueron elegidos como directivos en la elección pasada) y por eso Zamora no tuvo más remedio que solucionar el problema que es una costumbre de todos los días en los entrenamientos galvistas(no hay agua ni hidratantes).
El presidente Augusto Sipión se había ausentado toda la semana anterior como es su costumbre. Dejo pendiente la firma del convenio con la Agremiación y toda la documentación de contratos y certificados médicos requisitos para sacar los carnets de cancha, pues este fin de semana empieza la competencia.
Sipión Barrios llegó el último jueves, apareciéndose en los entrenamientos que se llevaban a cabo en Santa. Venía de Chiclayo pues estaba su familia en su camioneta cerrada. Aquí publicamos una serie de fotografías que nos obvian comentarios. Llegó feliz como si no pasara nada, risueño, sin importarle que en el club faltan las necesidades más elementales.
Zamora fue conversar con él y luego lo hicieron los jugadores y todo siguió como si nada pasara. Zamora que es una especie de fusible para Sipión, no dijo nada, salvo sus declaraciones en el papelote, él siguió normal, pareciera que está en el paraíso.
Si esto está, como está es porque aquí encontramos mucho de su responsabilidad, porque él convenció a Sipión para hacer esto y lógicamente Sipión le pintó el cuadro de otra manera y por eso empezaron juntos la campaña como siameses.
Han pasado dos meses y medio y la situación es cada vez peor, porque estamos a solo días de empezar el campeonato, pero el equipo sigue sin tener siquiera indumentaria deportiva y tampoco se sabe si su documentación estará en regla, el día jueves.
ANTECEDENTES
Cuando Sipión Barrios postuló a la presidencia prometió de todo, pero al final cuando los días fueron pasando y el equipo, que el recompuso junto con sus directivos, se fue al hoyo, al abismo. Hicieron lo que no debieron hacer y quedó una deuda pendiente por no haber pagado en noviembre y diciembre del año pasado a los jugadores, pues él (Sipión), opto por tomar el dinero de esos meses para cobrarse lo que había puesto de su bolsillo, al empezar su periodo.
Cuando el recibió el club, no hubo deudas con la Agremiación, pero ahora en solo nueve meses de gestión, es decir ni siquiera un año, hay deudas que bordean los 350 mil dólares y el riesgo es enorme porque el equipo puede quedar fuera de competencia.
Si el año pasado hubo auspiciadores y tan deficiente fue su gestión para haber generado deudas, ahora que no hay auspiciadores y como ha decidido ir solo sin que nadie lo acompañe, nos preguntamos hasta donde irá con solo su billetera de por medio?.
El día jueves habló su vicepresidente William Hernández, pues él no quiere hablar. En lugar de aclarar los problemas lo único que hizo Hernández fue lanzar más humo y todo quedo en la nebulosa. No sabe dónde está parado. Dijo cosas como esta “El laudo lo trataremos de fraccionar”. No sabe que es un laudo y no sabe que ya hay una multa.
No sabe por ejemplo que ahora la Agremiación los esperará no con la mejilla, sino con la guillotina por haber dejado pasar una semana completa, sin aparecerse y dejar tirado los acuerdos.
Tanta es la ineficacia de esta directiva que por ejemplo enviaron a Cañita para que hable con Benjamín Navarro cuyo documento de reclamo está en al Agremiación. Las gestiones de directivos la encargan a Cañita, por eso están como están. Tenemos la seguridad que Hernández no sabe quién es Cañita y tampoco sabe quién Benjamín Navarro.
Lunes, martes, miércoles y jueves serán días claves para José Gálvez pues en estos días los directivos (Sipión y sus empleados) deben ponerse a trabajar para que el equipo pueda presentarse el fin de semana en Matucana y empezar el certamen.
Hasta el miércoles último faltaba todo, no tenían nada. Normalmente la demora para los trámites es un promedio de dos a tres semanas. Solo quedan cuatro días.
Mientras tanto Sipión sigue sonriendo pues a él nada le interesa, mejor se va Santa Rosa y luego al Elías Aguirre para regalar entradas a sus seguidores, allá la pasa mejor que aquí.
Los socios lo escogieron, lo eligieron y por eso lo tenemos que ver aquí, son ellos los que deben saber lo que tienen que hacer. Los engañó y bien.
Diario de Chimbote