Buenos días, buenas tardes y buenas noches para todos. En nuestra historia republicana siempre hemos sido generosos y tenemos en nuestra mente como héroes a peruanos que pelearon en batallas y combates, pero que casi nunca (por ser generosos) salieron airosos en las mismas... más bien, los consideramos como mártires y eso los hace más grandiosos aún, en nuestro inocente colectivo.
Haciendo un paralelo con lo ocurrido ayer sábado, en lo que yo llamé desde el comienzo en esta sección el "Combate del Callao", con la muy buena final del torneo de Segunda División. Hasta el 2 a 1 del equipo visitante, las más de 12 000 personas presentes en el estadio y los millones que lo veían por televisión presentían lo peor ... y presentían quizás que este combate lo perderían y sería la condena a "una año más en el infierno". Sin embargo, ese puñado de camisetas rosadas conducidas de muy buena manera por el comandante Roberto Drago (aunque muchas personas no le teníamos mucha fe, entre las cuales me incluyo, ya que consideré en su momento no adecuado el cambio de técnico a mitad del torneo) y reflejándose esto con el respaldo en la cancha de excelentes generales como Waldir Sáenz y Carlos Elías, con lugartenientes de muy buen rendimiento como Clifford Seminario, Ricky Pérez y Juan Arce, supieron dar vuelta a una situación muy adversa (marcador en contra y desventaja numérica, donde se había llegado por una irresponsabilidad) y se sobrepusieron volteando un marcador ante un rival que tuvo el partido a su disposición durante gran parte del segundo tiempo, pero al que al parecer lo traicionó el "miedo escénico"... es por ello que ahora estos héores serán recordados como combatientes que ganaron una lucha y que no murieron en el intento.
Analicemos el partido según sus etapas: El primer tiempo fue todo del Boys con la presión del equipo y la presión del estadio a favor, hasta que concretaron el gol, con una tonta falta de un defensa de Évert Lengua contra un Waldir Sáenz (antes de los 30 minutos, recuerden que lo comentamos la semana pasada en esta misma columna), digamos que hasta ahí se podía apreciar un planteamiento ofensivo y bastante desordenado del Sport Boys ante un planteamiento extremadamente defensivo del Cobresol. Caído el gol porteño, Cobresol despierta y demuestra el juego por el cual llegó a esta final, tomando las acciones a su cargo y apretando a una endeble defensa del Boys vía su punto más débil: los centrales (se los había dicho con anticipación algunas semanas atrás), hasta que se concreta el empate por intermedio de Christian Vildoso. Y si es que no se cierra el 2 - 1 al final del primer tiempo en favor del Cobresol, es por la inexperiencia y nerviosismo de Arnaldo Cabanillas en la última jugada del primer tiempo tras recibir un buen pase de Ramón Rodíguez, quizás lo mejor del "ratón" en el partido, porque como lo decíamos en el comentario play by play del partido, Cobresol jugó con un tremendo handicap durante todo el partido al alinear al delantero cusqueño (al final me dieron la razón cuando lo expulsaron tontamente) cuando lo que se necesitaba era alinear a un jugador que chocara a la (y disculpen lo reiterativo) la endeble zaga central rosada.
En el segundo tiempo, muchos pensábamos que el tema de la presión del estadio se iba a volver en contra del equipo local, teniendo en cuenta que el equipo visitante contaba con dos resultados a favor de si para llevarse el título... y este pensamiento se acentuó aún más con la mencionada y tontísima expulsión de Miguel Curiel, sumado a que en su desesperación por anotar el gol del desequilibrio, el equipo rosado dejaba serios espacios atrás que, ante una defensa endeble y una superioridad numérica era cuestión de tener jugadores capaces de definir el juego con por lo menos 2 goles para cerrarlo y manejarlo a su antojo... Cobresol se aprovecha de esto y convierte el 1 - 2 con gol de Piero Casella, en un contragolpe letal (donde la mayoría y me incluyo, pensábamos que el partido ya estaba cerrado). Sin embargo, Cobresol perdona una y otra vez... y como dice el comercial de un chocolate muy conocido: "goles que no haces... goles que te hacen", unido al ya mencionado "miedo escénico" que embargó a los jugadores del Cobresol ante la tonta expulsión de Ramón Rodriguez (hermano, no puedes meter una patada tan alevosa en el centro del campo y luego agredir a otro jugador teniendo el partido controlado...) y que se reflejó en el penal que entrega el defensor Javier Cárdenas al meter la mano claramente en el área ante la lluvia de centros que había iniciado el cuadro porteño en su desesperación, provocaron que "despierte" el equipo rosado y teniendo nuevamente igualdad de jugadores, presionó hasta conseguir, por intermedio Carlos Elías (una de sus mejores figuras a lo largo del campeonato) un gol final y definitivo... digno y a la altura de una final... para luego llegar al desahogo contenido, la alegría y el júbilo de todo un pueblo que justamente, 20 años atrás había festejado una gesta similar, en otro escenario muy cerca al "Miguel Grau" y con otros combatientes, pero con el mismo sabor de sentirse nuevamente en primera.
Este partido tuvo de todo: broncas, expulsados, goles, expectacular marco de gente y realmente fue un partido lleno de emociones. A veces en este tipo de encuentros no se puede pedir un buen juego, pero realmente (y a despecho de mis opiniones sobre los merecimientos de uno y otro equipo para llegar a la primera división) los fríos números dirán que de los dos encuentros entre los dos máximos candidatos, el Sport Boys empató de visita y ganó de local, así que en el mano a mano es el justo campeón.
Este análisis del partido no quita reconocer al Cobresol como un dignísimo rival, que vendió muy cara su derrota y que quizás no supo manejar el hecho de sentirse con el ascenso al alcance de sus manos a pocos minutos del final, sobre todo en el caso de algunos jugadores. De todos modos, y espero que no lo tomen de un ánimo conformista ni mucho menos, la afición de Moquegua debe estar tranquila con este equipo ya que el próximo año, salvo que tenga como rival a algún equipo tradicional que pueda bajar de primera división o subir por medio de la Copa Perú, es el primer y principal candidato para lograr el ascenso, conservando por lo menos al 80% de este plantel, además de ser una muy buena plaza futbolera, demostrado a lo largo del torneo. Cobresol ha tenido el día de ayer (sábado) una derrota muy dura y quizás nadie se acuerde con los años de esta muy buena campaña (porque... seamos honestos, nadie o casi nadie se acuerda del sub - campeón) pero si debe ser un punto de quiebre para analizar en que mejorar y en la tercera intentar que sea la vencida, en sus intentos de llevar el futbol de primera a Moquegua nuevamente.
Felicitaciones Sport Boys Association... tu equipo demostró estar a la altura del combate final y de tu historia... esperemos que haya una mejor planificación que en años anteriores y tengas un mejor andar en primera división. Quédate tranquilo que, de ser así tendrías a tu pueblo, todos aquellos que en el estadio lloraban de alegría y que seguramente, hasta el día de hoy deben estar destapando botellas para celebrar, que te lo agradecerán.
Felicitaciones también Cobresol... tu equipo demostró que fue un digno rival en este combate final... esperemos que haya un mejor trabajo y que el próximo año seas un gran animador del torneo de segunda, nuevamente. Ten la seguridad de que tu pueblo, todos aquellos que hoy quizás lloran de tristeza y de rabia por el logro no conseguido te seguirán respaldando tan fervorosamente como ayer.
Quisiera dedicarle unas palabras al final de este comentario editorial al Club Centro Deportivo Municipal: Academia, gracias por todo lo que diste a tus hinchas en estos años... como nadie, quizás no mereces sufrir lo que te ha pasado, pero tu grandeza e historia te hará resurgir de las cenizas y pronto estarás de regreso con el apoyo de tu gente, los únicos que quieren lo mejor para tí... los únicos... mucha fuerza a los hinchas edíles... y también reconocer y felicitar a los hinchas de Talara y Matucana por conservar sus plazas, en buena lid, para el próximo año... esperemos tengan una mejor planificación y le brinden alegrías a sus hinchadas y sus provincias la próxima tempordada.
Espero esta pequeña crónica haya sido de su agrado, de todos modos y como siempre, queda abierta la discusión con sus comentarios y opiniones sobre lo ocurrido. Gracias a todos por el tomarse el tiempo de leer esta columna, les deseo una muy buena semana... y como siempre les digo... sean felices... no cuesta mucho.
Chaufa con tallarín!!!
Por Carlos BBVA