Nadie en su sano juicio podría entender al Sport Victoria que ayer sufrió en demasía para imponerse a Bella Durmiente de Tingo María.
Muy pocos le podrán entender a Carlos Cortijo los dos últimos cambios que hizo. También sacar a Milton Fajardo (delantero) y poner un mediocampista de marca, sabiendo que el rival tiene 10 hombres.
Con un hombre menos, el equipo tingalés se dio el lujo de hacer sufrir al aficionado iqueño que terminó con el corazón en la mano y pidiendo la hora. Y no era para menos, la solitaria conquista conseguido al minuto 40, vía penal ejecutado por Carlos Caraza, era suficiente pero no otorgaba tranquilidad por la osadía del contrincante que nunca renunció al ataque.
Carlos Caqui fue clave en la alineación tingalesa que por momentos, con su trajinar, se “devoró” el mediocampo. Hasta poco antes del ingreso de Jesús Cancino, el Victoria anduvo perdido en el césped, sin conductor y la nave amenazaba hundirse.
Cristhian Aranda se perdió y fue retirado. Cancino se puso el equipo al hombro y asociado con Carazas sembró peligro en el área rival.
La mayoría de los jugadores estuvieron en una tarde opaca, a excepción de Carazas, Cancino y la formidable zaga conformada por Santa María, Delven y Quijandría que se batió a morir en el juego aéreo. Valdez se perdió varios goles. Los victorianos ahora sufren por la falta de delanteros.
Muy pocos le podrán entender a Carlos Cortijo los dos últimos cambios que hizo. También sacar a Milton Fajardo (delantero) y poner un mediocampista de marca, sabiendo que el rival tiene 10 hombres.
Con un hombre menos, el equipo tingalés se dio el lujo de hacer sufrir al aficionado iqueño que terminó con el corazón en la mano y pidiendo la hora. Y no era para menos, la solitaria conquista conseguido al minuto 40, vía penal ejecutado por Carlos Caraza, era suficiente pero no otorgaba tranquilidad por la osadía del contrincante que nunca renunció al ataque.
Carlos Caqui fue clave en la alineación tingalesa que por momentos, con su trajinar, se “devoró” el mediocampo. Hasta poco antes del ingreso de Jesús Cancino, el Victoria anduvo perdido en el césped, sin conductor y la nave amenazaba hundirse.
Cristhian Aranda se perdió y fue retirado. Cancino se puso el equipo al hombro y asociado con Carazas sembró peligro en el área rival.
La mayoría de los jugadores estuvieron en una tarde opaca, a excepción de Carazas, Cancino y la formidable zaga conformada por Santa María, Delven y Quijandría que se batió a morir en el juego aéreo. Valdez se perdió varios goles. Los victorianos ahora sufren por la falta de delanteros.
Diario Correo Ica
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