martes, 5 de julio de 2011

Vamos al estadio, apoyemos al Sport Áncash

Sin duda, el equipo está realizando una campaña espectacular, ocho triunfos consecutivos en la segunda profesional, tres ganados en el torneo intermedio y dos empates, en verdad el Sport Áncash no tiene pierde.

En compromisos oficiales, hasta el momento no conoce la derrota, producto de un trabajo concatenado, directivos, comando técnico y jugadores que siembran de lo mejor y que las cosechas son los triunfos y las clasificaciones en el torneó intermedio.

No hay ciego que no puede ver, no hay sordo que no pueda oír, claro está, ninguno se está inventando, en este momento el único sponsor del equipo auriverde es el pueblo, y entre ello está, Ud. Amigo.

“Son pocos pero son…”, dijo César Vallejo poeta y escritor peruano. En los partidos anteriores, jugados de local, sólo pocos asistieron, y como de costumbre son pocos, dejemos esa rutina y rompamos esa barrera, en gran número asistamos al estadio y apoyemos al equipo del pueblo.

Este miércoles 6 de julio a las 8:15 de la noche la “Amenaza Verde”, por la semifinal torneo intermedio recibe al Sport Huancayo, la entrada en general costará 10 nuevos soles, y nadie se puede nega, y decir que no tengo esa cantidad de dinero, en verdad la entrada general está baratísimo.

El plantel luego de conseguir, un gran triunfo en las alturas de Puno, el martes cinco, a las cuatro de la tarde trabajará en el estadio Rosas Pampa, para luego quedar expeditos y jugar el primer semifinal del novedoso torneó.

“Si no estás a mi lado, paraqué vivir…” reza un poema, pues si los hinchas huaracinos no asisten al estadio ¿Cómo se cancelará la segunda cuota a la Agremiación de 25 mil dólares que vence este jueves? ¿Con qué dinero se pagará al comando técnico, jugadores y a quiénes más conforman el equipo?

Todos quieren que el Sport Áncash, llegue al fútbol profesional, pero un momento, sin tu apoyo lo será imposible. Sólo que asistir al estadio, pagar los diez nuevo soles y alentar al equipo, si esto no sucede, ajá, amigos Dios nos coja confesados.

Por Miguel Nicodemos

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