Composición fotográfica: Miguel Nicodemos
El 6 de diciembre de 2009, en el
Estadio Municipal de Recuay, luego de permanecer por cinco temporadas consecutivas
en el fútbol profesional, la ‘Amenaza Verde’ descendió a Segunda División.
Aquel día, Sport Áncash jugó con
Sporting Cristal, equipo al cual derrotó por 1–0 con gol de Juan Pablo Vergara
-de penal-, el triunfo no le valió de nada, ya que en Lima, Alianza Atlético de
Sullana hizo su negocio y derrotó a la Universalidad San Martín por 2–0.
Uno de los factores para que el
club auriverde le diga adiós a la máxima división de balompié nacional fue que,
no jugó en su natal Huaraz (ese año,
estuvo en construcción el estadio Rosas Pampa), entonces fungió de local en
Caraz, allí los resultados no le fueron nada favorables, por lo que para la
segunda parte del campeonato se mudó a Recuay, donde hizo todo lo posible, pero
no alcanzó su objetivo.
Fuera de ello, durante su
permanencia en el fútbol profesional, tuvo resultados y logros importantes,
siendo en parte protagonista, se tumbó a los llamados ‘grandes’ del balompié:
Cienciano, Alianza Lima, Sporting Cristal, Universitario.
En el 2007, luego de una
estupenda campaña, se ubicó en un
meritorio tercer lugar en la tabla general del descentralizado, logrando así su
histórica clasificación a la Copa Sudamericana, donde en el 2008, jugó con la
frente en alto, goleó a Ñublense de Chile y no fue presa fácil para Palmeiras
de Brasil.
Sueña con volver
Tras su descenso, le correspondió
jugar en la Segunda División, donde a cada año fue protagonista, pugnó por
volver al fútbol profesional, pero siempre se quemó en la puerta. En el 2010,
luchó palmo a palmo el ascenso con Cobresol FBC, pero finalmente se conformó
con el sub campeonato. Entre tanto, en el 2011 y 2012, se ubicó en el cuarto
lugar.
Su presidente, José Mallqui Beas,
durante estos últimos tres años fue constante, no dejó de lado ese optimismo de
llevar nuevamente a Primera División al equipo huaracino, es por ello que, hizo
todo el esfuerzo, pero fracasó.
El problema y el principal
escollo fue, es y será, la deuda económica que mantiene con la Agremiación,
aquel que jugó su propio partido fuera de las canchas durante estas tres últimas
temporadas, haciendo que en nuestros días, el futuro del Sport Áncash sea
incierto.
Por Miguel Nicodemos – Twitter: @MiguelNicodemos