La salida de Karlo Calcina de José Gálvez solo tiene una explicación: el maltrato de la dirigencia. El futbolista sí que la pasó mal en Chimbote y razones no le faltaron para decidir dejar el club. Fue acusado de ladrón en una entidad bancaria debido a la desorganización de la directiva. El ex Melgar de Arequipa recibió un cheque por parte de los dirigentes y cuando fue a cobrarlo le dijeron que no había fondos. Semana y media después regresó y se dio con la sorpresa que ese cheque fue reportado como perdido.
“En el banco me hicieron muchos problemas, me acusaron de ladrón. Lo que más me duele es que mi esposa e hijas lloraron y eso no tiene perdón. Como todos, no soporto que hagan daño a mi familia”, señaló el jugador. Eso fue el detonante para que decidiera tirar todo y dejar Chimbote. Se fue sin hacer problemas, pero en la tranquilidad de su hogar en Arequipa narró lo que le tocó vivir. “Yo quise regresarme (a Arequipa) de inmediato, pero no ubiqué a ningún dirigente. Tuvo que pasar una semana para poder rescindir mi contrato”, continuó.
Pese a lo que vivió guarda respeto hacia la institución, pero no sucede lo mismo con la gente que lo maneja. Se fue deseando el mejor de los éxitos deportivos a sus excompañeros y espera de todo corazón que las cosas marchen de la mejor manera en José Gálvez aunque refiere que para que eso suceda la cabeza debe mejorar o cambiar.
“En estos meses, le agarré cariño al club y siento que no tiene gente adecuada arriba. Lo que me pasó no se lo deseo a nadie. Actuaron con maldad en contra de mi persona y eso no tiene perdón. Esa gente me hizo mucho daño. Este tiempo también he conocido gente que es muy buena y no merece estar pasando momentos complicados. Le deseo el mejor de los éxitos al club, confío en que lograrán su objetivo, pero primero deben pensar mucho si tienen la gente adecuada arriba”, finalizó.
La Industria de Chimbote
