Siempre he pensado que todo hombre necesita
de los códigos éticos para poder vivir en sociedad. La ética la podríamos
conceptuar como una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que
es bueno y malo en lo referente a una decisión humana.
Todas las Federaciones y equipos de los
países más desarrollados en el ámbito futbolístico se rigen por el “FAIR PLAY”
o Juego Limpio .Significa mucho más que el simple respeto de las reglas: abarca
conceptos de amistad de respeto al adversario y del espíritu deportivo. Más que
un comportamiento es un modo de vida dentro de una sociedad deportiva. Ese
concepto se extiende a la lucha contra las trampas, contra el engaño, contra el
dopaje, violencia física y mental, discriminación de género raza o situación
social y por supuesto está contra la corrupción dentro y fuera del campo.
La FIFA, máximo entre del fútbol mundial,
dentro de su código de Juego Limpio establece 10 reglas de oro.
1.- Juego Limpio.
2.- Juega a ganar, pero acepta la derrota con dignidad.
3.- Acata las reglas de juego.
4.- Respeta a los adversarios, a los compañeros, a los árbitros, a los
oficiales, y a los espectadores.
5.- Promueve los intereses del fútbol.
6.- Honra a quienes defienden la buena reputación del fútbol.
7.- Rechaza la corrupción, las drogas, el racismo, la violencia, las
apuestas y otros males que representan una amenaza.
8.- Ayuda a otros a no ceder ante instigaciones de corrupción.
9.- Denuncia a quienes intentan desacreditar nuestro deporte.
10.- Utiliza el fútbol para mejorar el mundo.
Justamente los párrafos siete y ocho son
claros y protegen ante todo el espíritu del deporte, ante cualquier amenaza de
acciones indebidas fuera del terreno de juego.
A estas alturas del campeonato se habla
mucho de los incentivos a los equipos, en algunos casos, para vencer a los de
arriba o para dejarse ganar, algo
difícil de comprobar claro está. Pero ojala que el único incentivo y motivación
para un jugador de fútbol, sea el amor propio por su divisa, el compromiso y
respeto que cada jugador debe asumir por su institución a la que defiende. No hay mejor incentivo de
un jugador que ser el mejor, el más destacado en el juego. No hay mejor
incentivo de un dirigente que defender el espíritu del juego que desde hace
años defiende FIFA.
Por Víctor
Bullón – Técnico de Fútbol
Foto: Prensa Atlético Minero