El fútbol peruano es un paciente en estado de coma desde hace ya varios años, pero a veces el hincha y los propios medios deportivos que se autodenominan especializados parecen olvidarse de este pequeño detalle. Para muchos es preferible hacer la finta de tapar el sol con un dedo y no querer asumir la realidad que nos ha tocado vivir.
Hoy por hoy nuestra selección se encuentra al borde de la eliminación, pese a quien le pese y con la absurda complicidad de todos los que inútilmente defienden a Sergio Markarián justificando su pésima labor con frases tan mediocres como "todo es parte de un proceso" o "el verdadero objetivo es el Mundial del 2018"; siendo estas afirmaciones más falsas que un billete de 30 soles. Desgraciadamente a los periodistas deportivos les encanta vender humo y hay muchos peruanos dispuesto a comprarlo al por mayor.
Parece mentira, pero son pocos los que nos creen cuando decimos que la raíz del problema viene desde los torneos de ascenso, desde la informalidad y falta de organización que se vive semana a semana en la Copa Perú en donde la corrupción está a la orden del día. Y ni que decir el fulbito de mesa, que se practica a diestra y siniestra en todas las categorías. Esa maldita manía de querer ganar partidos en mesa es ahora parte de nuestra idiosincrasia, llegando al colmo de la estupidez de pretender ganarle en mesa a Paraguay, en otras palabras, querer llevarnos a la mala esos 3 puntos que nuestra selección no supo ganar de forma justa y merecida.
Resulta inaudito que equipos "grandes" del ascenso como Atlético Grau de Piura o Carlos A. Mannucci de Trujillo hayan decidido retirarse de la Etapa Regional por haber sido eliminados en forma prematura. Ni que decir de equipos que prefieren el billete antes que el factor deportivo como es el caso del Márquez FC, pseudo club que prefirió llenarse los bolsillos en Cañete contra Walter Ormeño antes que tentar la posibilidad de llegar a la Etapa Nacional de la Copa Perú. Ojo que el elenco cañetano no tiene culpa de esto como quieren dar a entender algunos comechados que poco o nada saben de como se maneja el fútbol macho.
La cereza de este pastel podrido llamado fútbol peruano es la nula importancia que le da esa cloaca ubicada en el distrito de San Luis mal llamada Federación Peruana de Fútbol, que vive más pensando en los votos que obtiene gracias a las nefastas federaciones departamentales, antes que buscar modernizar nuestro fútbol. De qué forma se le puede hacer entender a esa sarta de comechados y delincuentes que debe existir una secuencia lógica para determinar quienes suben y bajan a primea; siendo esta la mejor forma de evitar que dirigentes que viven de la criollada manejen nuestro balompié.
Pertenezco a la generación que nunca ha visto a Perú en un mundial y siento que esta realidad nunca va a cambiar mientras nuestro fútbol se mantenga bajo una asquerosa dictadura que buscará favorecer a unos pocos y reírse de quienes formamos parte de esa lucha quijotesca llamada modernizar el sistema de ascensos.
Por Giancarlo Córdova - Twitter: @SegundaPeru